RevisTEA on line

Creatividad vertida en historias, cuentos, reseñas, poesía y demás formatos.
El universo literario de los alumnos de RadioTEA.
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lunes, 12 de julio de 2010

Amigos de acero: Kapanga/Los Pericos


El jueves pasado 8 de julio, se presentó en el micro estadio Malvinas Argentinas la última presentación de esta gira que armó “el club Phillips Morris”.



Una gira que surgió por medio de la votación de los fans, en para elegir a las mejores bandas y reunirlas para tocar juntos bajo el lema: “amigos de acero” la temática ofrecida por la empresa tabaquera.

Durante casi un mes, estas dos bandas; Kapanga y los Pericos, salieron de Tour por diferentes provincias. Y el jueves se dio por terminada con este último encuentro desde la Paternal.

Un show que arranco con poca gente, a pesar de ser un evento gratuito, pero que en el transcurso de las horas se fue poblando cada vez más.

Salieron en el comienzo de la noche, la banda de los Pericos, de la mano de Juanchi y la verdad es que fue un show con mucha energía. Repasaron los clásicos temas como “home sweet home”, “sin cadenas” entre muchísimos otros y además los temas de su ultimo CD “Pura vida”.

Mucha alegría y buena onda para destacar esta banda que ya se encuentra cumpliendo más 20 años desde que arrancaron allá por el ´86.

Luego fue el momento de Kapanga, un show como siempre con un inicio deslumbrante, a la espera de la suelta de globos clásicos que realizan sus fans.

Arrancaron con un tema predilecto: “El Universal” y siguieron dando rienda suelta al resto de los temas, como los del último CD “Todoterreno” y los infaltables como: Ramón, El Mono Relojero y Mesa 4.




Un espectáculo que brindó buena onda, mucho pogo y sobre todo mucho humor como siempre de la mano de estos chicos de Quilmes.

Para terminar estos “amigos de fierro” salieron a despedir el show todos juntos cantando “fumar” y “home sweet home”, acompañados por el público que en todo momento se mostró eufórico, divertido y agradecido.

-“La pasé muy bien, siempre es agradable estar con amigos y música”- nos cuenta Claudio Maffia, baterista de Kapanga.

La gira terminó y veremos qué pasa con cada uno de los caminos de estas dos grandes bandas elegidas por la gente. Por parte de los pericos: -este mes nos vamos a Costa Rica y a Paraguay, después viene una gira por México y el 1 de septiembre sale el disco nuevo”- nos adelanta Gastón Goncalves, bajista de esta preciada banda.

Y por parte de Kapanga, se viene el festejo por sus quince años. El encuentro será nada más y nada menos que en La Trastienda, a partir de agosto y terminará quien sabe dónde.

-“ahora nos queda descansar por poco tiempo y empezar a prepararnos para el festejo de los 15, vamos a vivir de fiesta hasta fin de año, estamos muy contentos”. Nos comenta el señor Maffia.

Dos grandes bandas, mucha fiesta y un solo lugar para vivirlo. Y nosotros estuvimos ahí.

Aporte: Yamila Taliano.


domingo, 4 de julio de 2010

Por qué me gusta tanto el tenis?

Uno podría hablar tantas cosas de este deporte…

Podría decir que lo amo, que me encanta mirarlo y jugarlo. Pero eso es caer en un lugar común y corriente. Prefiero preguntarme por qué el tenis me genera esas sensaciones, o qué es específicamente lo que me lleva a la obnubilación, a quedar cautivado. La verdad es que no tengo una respuesta concreta, ni siquiera puedo apelar a algo para persuadir a aquel que me pregunte por qué me gusta el tenis. Lo que sí tengo en claro es que admiro la habilidad que muestran los que lo juegan, y por cierto que me agradaría tener un 5 % de ella. Pero no tengo una razón lógica. Qué se yo, quizás son pequeños detalles: observar cómo un jugador pega un drive a la perfección como es el caso de Federer, o la potencia de tenistas como Del Potro, Soderling o González; la extraordinaria técnica de Gaudio, Coria o Nalbandian; también puedo quedar anonadado ante un saque como el de Roddick, mucho más si ese golpe es ejecutado a 240 km/h. Lo cierto es que no hay un porqué. Simplemente me maravilla y lo disfruto como corresponde hacer con una actividad que nos da placer y alegría.

A veces quiero contagiar mi fanatismo, pero no sé cómo hacerlo, seguramente porque es algo que a mí me encanta y a los demás no tanto. La gente se aburre y pretende otras cosas; a algunos no les disgusta, pero eligen priorizar, y el tenis no está entre sus preferencias. Esto es algo que sucede aunque en los últimos años, en Argentina, el desarrollo del deporte blanco se acentuó a partir de los buenos resultados obtenidos en esta década por los compatriotas que compiten en el circuito masculino de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales). Por nombrar sólo a algunos, cito a Gaudio, Nalbandian, Del Potro y Coria. Gastón, David y Guillermo formaron parte de la que muy probablemente sea la mejor camada de la historia.

La gente se volcó mucho más a entrenar, a aprender, a perfeccionarse y a competir, por más que por una cuestión lógica, no se va a alcanzar el nivel que muestran los profesionales, ¿no? Pero aún con este dato, a uno le cuesta cruzarse con gente que de verdad ame el tenis, al margen de lo que se puede encontrar en Internet. Creo que se puede palpitar parcialmente cuando se llega a una final de Copa Davis, como fue hace casi 2 años con el enfrentamiento entre Argentina y España. en Mar del Plata.

No ignoro por supuesto que antes que nada somos un país pura y exclusivamente futbolero, lo cual está muy bien porque a mí me gusta también, aunque esté salpicado por cuestiones oscuras que literalmente dan asco, como las dirigencias corruptas, el negocio de los barrabravas, etc. Pero no nos desviemos, esto es harina de otro costal y no nos compete en este escrito.

Volviendo al tenis, me viene a la mente el partido más largo de la historia, que se dio entre el norteamericano John Isner y el francés Nicolas Mahut, en Wimbledon, y fue hace una semana nomás. Tuvo una duración exacta de 11 horas y 5 minutos; casi duplicó el récord anterior que quedó bien atrás, de 6 horas con 33 minutos. Para los que desconocen y no entienden de estadísticas tenísticas, les digo que este match fue una locura. El quinto set, sólo ese set, duró más de 7 horas, con resultado final de 70-68 para el ganador. Estos datos no son lo que más importa. Lo asombroso del caso fue ver la tremenda entrega de los 2 jugadores en la cancha y su lucha por no ceder y no querer perder. Demostrar ese profesionalismo no es común, porque cualquiera de los dos podría haber alegado cansancio físico, que lo hubo, pero no fue impedimento para ellos, que transpiraron sudor y lágrimas hasta la última gota.

Sigue resonando con fuerza la pregunta en mi cabeza, ¿por qué me gusta tanto el tenis?

Autor: Julián Tello

jueves, 1 de julio de 2010

CASTING HOUSE

Dr. House una serie ya muy popular la cual aparte cuenta con la participación de algún que otro argentino.
Lo cierto es que yo no la veo pero esto me pareció genial (tal vez porque no lo veo ¿verdad?), miren la conversación que le hacen tener al tipo en el casting de lo que después sería el programa.(Que acidez que tiene el vago).




Aporte: Gorrión

Poetas en las Sombras

SIN TÍTULO…

La razón se hace fría; el miedo es el que se hace presente
Donde había una esperanza, sólo queda un suspiro
cuando se hace mostrar la desilusión
ahí es donde penetra ese dolor.


Cómo explicar lo que uno piensa,
cómo mostrar lo que sentís...
si cuando más lo hacés notar
más perdés aquel juego que no empezaste.
Entonces caés, te entra esa duda;
¿será que cambiando sólo dos palabras
se podrá notar menos esto?


Y te das cuenta que no, que siempre están esas estrofas.
Para qué cambiar, si uno es así;
si no te gusta, volá, nadie te cerró esta jaula
que aun así, está vacía de ti.


El aire está libre con esa ruta imaginaria.
Vamos, despedite, no es difícil!
Levantá una mano, y sólo movela,
yo no diré nada, sólo miraré cómo te vas
lo he echo tantas veces que me acostumbré.
Entonces, reiré solo, y daré vueltas para callar.


NO GRITARÉ, lo prometo,
y no intentaré buscarte, nunca firmé un papel.


Tenés razón, me asusta saber la verdad,
y también no saberla me pierde,
¿será por eso que volvés?


¿Por qué no sabés ni vos cuál es?
Qué te hace crear ese falso aire...
y yo como un tonto lo respiro.


No ataques, que estoy sin defensa.
No lastimes, no hace efecto...
Ya estoy herido.


Pero aún así, te puedo seguir el ritmo
te aseguro, no te abrazaré de más
y no te diré esas cosas al oído
sé que me querés para tu mesita de luz,
pero quiero que sepas...
estoy atornillado en otra mesa.


Si querés saber más, abrí el primer cajón
tal vez entre tantos delirios, tantas mentiras,
encuentres algo de verdad.


Pero cerralo después,
y dejame con la luz apagada.


Necesito descansar...

Autor: Anónimo

Noche de amigos

- ¿Estás durmiendo?
- No puedo, hace días que no logro conciliar el sueño.
- ¿Sabés qué? Te voy a ayudar.
- Gracias, ¿tenés “melatol” en la mochila o algo así? Yo me olvidé de traer cuando la armé.
- No, esto es mucho mejor. Te voy a contar un cuento.
Había una vez…
- ¿Había una vez? No tengo diez años Carlitos, estoy peludo ya.
- No seas adulto ¿querés? Que los mejores cuentos que una vez me contaron, empezaban con “había una vez…” Además, vos pensá en todas las cosas que relegamos al crecer, y no porque debamos, porque… no tengo idea porqué. Por ejemplo, dejamos la chocolatada por el café, las gomitas de colores llenísimas de azúcar por los chicles de menta sin calorías, y los “había una vez” también los dejamos. Estoy empezando a pensar que dejamos todo lo bueno che.
- Está bien Charly, esta bien, no te me pongas nostálgico. Te escucho.
- Como te decía…
Había una vez un balcón, un balcón pequeñito que lograba albergar a dos personas de pié, a lo sumo tres bastante incómodas. El balcón, que no soñaba, ni tenía grandes aspiraciones, pues claro, era solo un balcón, miraba a la calle del mercado central.
Como una gran manta de retazos, los toldos de todos los colores llenaban de vida la calle principal y se ramificaban en las calles contiguas. El pollero que subía el precio de la mercadería cada dos semanas y ante cualquier reclamo culpaba a la inflación y a “éste país de porquería”, estaba perdidamente enamorado de la forma en que Susana disponía la fruta en el puesto contiguo. Cualquier excusa era buena para asomarse y ver como sus finas manos de porcelana tomaban las manzanas sólo con la yema de los dedos y las depositaba cómo frágiles piezas de cristal una sobre otra.
Frente al puesto de las frutas se encontraba Silvio, que vendía libros nuevos y usados, y extasiado de la vida recitaba escritos de su autoría a quien se detuviese a husmear literatura. -“Y de las flores color sangre, chorrea lenta y pulposa miel que nace de su centro y recorre los pétalos, como queriéndolos conocer. Se desliza atemporal, suave, hasta el borde de su corona de color. Se detiene al abismo y aguarda unos instantes al salto mientras se emborracha de vértigo melaza y de dulce carmín…”
Una noche, no tan diferente a las otras noches, el bosque que rodeaba el castillo se inundó de una niebla espesa que nublaba la visión de cualquier caminante que…
- Pará. ¿Había un castillo? ¿De dónde salió el bosque, no estábamos en un mercado?
- También había un castillo y un bosque. Todas las buenas historias tienen un castillo y un bosque, le dan un no se qué de misterio ¿no? Hoy en día ya no hay misterio en nada Cachito, las minas bailan en tetas a cualquier hora en la televisión, la gente te cuenta impúdicamente lo más íntimo de su vida a la segunda vez que te la cruzás, ya no dejan lugar para la imaginación. Me acuerdo que de pibe miraba a mi tía colgar sus camisones en el patio de casa y me ratoneaba de sólo imaginármela…
- Está bien, había un bosque y un castillo, ¿entonces?
El bosque que rodeaba el castillo era habitado por las más fantásticas criaturas que se alimentaban de la luz de las estrellas. Pero esa misteriosa noche en que el bosque se inundó de niebla no fue como otras noches, había algo raro en el ambiente, un olor ácido se esparcía a toda velocidad por entre los árboles y secaba la hierba.
La niebla que llego esa noche, nunca se retiró, y las estrellas en el firmamento comenzaron a ser solo un bello recuerdo. Los habitantes del bosque lentamente se debilitaban y uno a uno fueron desapareciendo. Trot, el líder de la tribu, enloqueció y empezó a practicar sacrificios ni bien llegaba la noche. A la mañana siguiente, todos debían preparar sus caballos y sus armaduras para comenzar la cruzada al desierto que los liberaría de…
- ¿Cruzada al desierto? ¿De que me hablás Carlitos?
- Toda buena historia tiene una aventura y un héroe Cachito, me extraña. Pasa que hoy es todo tan fácil que con un botón lo solucionas todo. Ya no hay héroes, ni aventuras, ni comida casera, es todo envasado, botón-botón, al microondas y se terminó. Y es como en las historias Cacho, la comida de ahora es como las historias de ahora, no tienen gusto a nada. La vieja cuando hacía la sopa no abría un sobrecito con polvo y…
- Hagamos una cosa Charly, nos hacemos unas buenas chocolatadas calientes y te cuento yo una historia, ¿qué te parece?
- ¡Buenísimo! Pero que tenga una princesa en un torre ¿eh?, toda buena historia necesita algo de romance…
- Si Carlitos, ya lo sé...

Aporte: Carla Paolini